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jueves, 30 de mayo de 2013

Nadie debería trabajar



Lo fácil es pensar que las cosas son como son porque así tienen que ser. Ese es el argumento jefe de un pensamiento perezoso, un pensamiento miedoso. Pero, a veces, llega un puñado de palabras y sacude el espejismo en el que millones de personas han construido su vida. Esto ocurre, por ejemplo, cuando uno se tumba en el sofá y lee un libro que comienza así: “Nadie debería trabajar”.

Para el estadounidense, “la degradación que experimentan la mayoría de los trabajadores es la suma de varias indignidades que pueden ser denominadas como disciplina”. Esta palabra reúne “la totalidad de los controles totalitarios en el lugar de trabajo (supervisión, movimientos repetitivos, ritmos de trabajo impuestos, cuotas de producción, fichar…)”. “La disciplina es lo que la fábrica, la oficina y la tienda comparten con la cárcel, la escuela y el hospital psiquiátrico. Es algo históricamente nuevo y horrible. Va más allá de las capacidades de los dictadores demoníacos de antaño como Nerón, Gengis Khan e Iván el Terrible. Pese a sus malas intenciones, ellos no tenían la maquinaria para controlar tanto a sus súbditos como los déspotas modernos. Eso es el trabajo”, asegura, “el juego es todo lo contrario”.

El trabajo es forzado. El juego es voluntario y no se hace a cambio de dinero. Su recompensa es “la experiencia de la actividad misma”.

Black hace alusión a los estudios del filósofo Michel Foucault que sostenían que “las cárceles y las fábricas surgieron casi a la vez, y sus operadores copiaron conscientemente las técnicas de control de unas y otras”. “Un trabajador es un esclavo a tiempo parcial. El jefe dice cuándo ha de llegar, cuándo tiene que irse y qué hacer entre esos dos momentos. (…) Puede llevar su control hasta extremos humillantes mediante la regulación, si le da la gana, de la ropa que ha de vestir y cuántas veces puede ir al baño”.

Este “humillante sistema de dominación”, continúa, “rige sobre la mitad de las horas de vigilia de una mayoría de mujeres y la vasta mayoría de los hombres durante décadas, durante la mayor parte de sus vidas”. Y, por eso, Black considera que la forma más correcta de llamar a este sistema es “fascismo de fábrica” y “oligarquía de oficina”.

FUENTE COMPLETA: http://www.yorokobu.es/aboliciontrabajo/

4 comentarios:

  1. ¿Y si se trabaja por cuenta propia y no por cuenta ajena?

    Por otra parte, NADIE nos obliga a trabajar (si puedes vivir del aire, felicidades) pero a entrar en prisión SÍ pueden obligarnos.

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  2. Pues por cuenta propia depende de la forma debe estar bien, imagina tener una finca con un par de vacas, unas hectáreas de tierra, unas cabras, unas gallinas y trabajar para ti en tu propia tierra. ¿Que más se puede pedir?.
    Otra cosa es montar un negocio y seguir adoptando el dinero como forma de vida con la que no estoy de acuerdo, porque asi nos va.
    Nadie debería poder obligarnos a ir a la cárcel y menos algo que nos está chupando la vida como es este sistema alienante dirigido por psicópas masónicos.

    Gadafi daba un sueldo de 500 euros al mes a todos los habitantes de su pais para que no se tuvieran que preocupar de comer y dormir nunca, si querias algo más tenías que ponerte a trabajar, eso estaba muy bien, reparto de riquezas y que nadie pase hambre ni frio. Por desgracia Gadafi esta muerto.

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  3. Genial. Nadie te impide vivir como un eremita. Pero date cuenta de que si, además de comer deseas otros bienes y servicios tendrás que recurrir a ellos y debe haber gente trabajando para producirlos. A tu granjita no llegará el agua ni la luz si no hubiese gente currando. Creo que despotricas contra el sistema capitalista porque lo conoces muy poco.

    La única medida social con la que estoy de acuerdo es con la renta básica. Perfecto, un mínimo para asegurar que exista una redistribución que permita cubrir las necesidades básicas. Ahora, ni educación ni sanidad ni gaitas públicos. Con ese dinero te buscas la vida. Además así se reduciría enormemente el tamaño de la administración.

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  4. A la granja le pones unas placas y un pozo y ya tienes agua y luz gratis.
    Despotrico contra el sistema capitalista porque es una puta mierda, lo conozco 32 años.
    ¿Tú ves las noticias?, ¿están bien las cosas?
    El capitalismo convierte las democracias en dictaduras económicas.
    Las únicas personas contentas con este sistema son las egoístas, las que viven bien y no se dan cuenta de la miseria que las rodea.

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