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lunes, 4 de noviembre de 2013

Trasformados por el WhatsApp



Hemos llegado a un punto en que podemos comenzar un noviazgo por SMS y romperlo por mail. Y entre medias, para que el fuego «virtual» no se apague, no sólo nos enganchamos a nuestra pareja: también nos aferramos al WhatsApp. Ahora bien, ¿qué ocurre cuándo no se reflejan en nuestro móvil las dos rayitas verdes que notifican que nuestra pareja ha recibido el mensaje? ¿O en el momento en que tardan más de diez minutos en contestarnos? ¿Y si la excusa del «me he quedado sin batería» se cae al comprobar la última hora en la que nuestro novio/a se conectó al «chat»?

Ansiedad y adicción
Pero el uso puede devenir en adicción. Y la adicción, en ansiedad. Un estudio publicado por la Universidad de Worcester y presentado en la Sociedad Británica de Psicología se centraba en lo que podría denominarse el síndrome de la «vibración fantasma». «No mencionábamos una aplicación de móvil en concreto», explica a LA RAZÓN el psicólogo Richard Balding, responsable del estudio. «Sin embargo, cualquier aplicación que envíe mensajes de manera instantánea como WhatsApp puede contribuir a este efecto», añade. El estudio trataba de explicar un fenómeno que a muchos le resultará familiar: ¿quién no ha sentido alguna vez una vibración en su bolsillo cuando, en realidad, nadie les ha llamado? «Podría ocurrir debido a la expectativa de recibir un mensaje, pero también ante una necesidad obsesiva de comprobar el teléfono o incluso un efecto biológico, una manifestación física del pensamiento psicológico mediante la cual los músculos que están en contacto con el teléfono sufren un espasmo», explica. Así, 77% de los participantes del estudio «informaron de efectos secundarios negativos en el uso del  smartphone tales como sentir siempre la necesidad de chequearlo»


FUENTE COMPLETA: http://www.larazon.es/detalle_hemeroteca/noticias/LA_RAZON_464766/7340-trasformados-por-el-whatsapp#.UngLOic0_MA

*Que está cambiando el comportamiento de la gente y las relaciones sociales es obvio, a ver donde nos lleva que la gente vaya caminando por la calle mirando el móvil, trabajando mirando el móvil, cenando mirando el móvil, cagando mirando el móvil...

P.D: No olvideis no tocar el smartphone de otra persona ya que seguramente se lo lleva al baño cuando caga y es probable que en algún momento la mano con la que se limpia toque el móvil y las bacterias fecales pasen y luego tu tocas y...¡premio! es como si hubieras tocado la mierda del dueño de móvil, jajaja.

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