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viernes, 26 de septiembre de 2014

Diego García de Paredes. El Sansón Extremeño. (1468 - 1533)



Diego García de Paredes y Torres (Trujillo, España, 30 de marzo de 1468 – † Bolonia, Italia, 15 de febrero de 1533), más conocido como El Sansón de Extremadura, fue un militar español célebre por su extraordinaria fuerza física y sus múltiples hazañas. Combatió como capitán de infantería en las guerras de Italia, norte de África y Navarra. Duelista invicto en numerosos lances de honor; capitán de la guardia personal del Papa Alejandro VI; condotiero al servicio del Duque de Urbino y de la familia Colonna; coronel de infantería de los Reyes Católicos bajo el mando del Gran Capitán durante la conquista de Nápoles; cruzado del cardenal Francisco Jiménez de Cisneros; Maestre de Campo del Emperador Maximiliano I, coronel de la Liga Santa y Caballero de la Espuela Dorada al servicio de Carlos V. Fue el soldado español más famoso de la época, admirado por sus contemporáneos como prototipo del valor, la fuerza y la gloria militar.

Cefalonia: comienza la leyenda
De nuevo bajo las banderas de España, Diego García de Paredes sirvió a las tropas del Gran Capitán en el asedio de Cefalonia, en Grecia, ciudad que había sido arrebatada recientemente por los turcos a la República de Venecia. Setecientos jenízaros defendían aquella fortaleza situada sobre una roca de áspera y difícil subida. Españoles y venecianos sufrieron cerca de dos meses todo género de penalidades en aquel sitio sin poder rendirla. Los turcos tenían entre sus armas ofensivas una máquina provista de garfios que los españoles llamaban «lobos», con los cuales aferraban a los soldados por la armadura y levantándolos en alto los estrellaban dejándolos caer, o bien, los atraían hacia la muralla para matarlos o cautivarlos. Diego García, como siempre en primera línea de combate, fue uno de los hombres que de esta manera fueron llevados al muro, donde le echaron los garfios, y tras luchar en fuerzas con el artilugio para no ser sacudido al suelo le subieron encima de la muralla. Paredes realizó entonces la primera de sus grandes gestas, coincidentemente consignada en las crónicas13 14 de su tiempo. Conservando espada y rodela, puso pie sobre las almenas, y una vez abierto el artefacto quedó en libertad de acción para comenzar una lucha que parece increíble y es, sin embargo, completamente cierta: con una violencia desenfrenada empezó a matar a los turcos que se acercaban para derribarle, y ni la partida encargada de dar muerte a los prisioneros ni los refuerzos que llegaron pudieron rendirle; refuerzos y más refuerzos vinieron contra él, estrellándose ante la resistencia del hombre de energías asombrosas, a quien «parecía que le aumentaba las fuerzas la dificultad».15 Resistió heroicamente en el interior de la fortaleza haciendo «cosas tan dignas de memoria defendiéndose varonilmente que nunca le pudieron rendir»;13 los musulmanes, «que muertos muchos perdían la esperanza de sujetarle»,16 solo le pudieron capturar cuando «la fatiga del cansancio y hambre, después de haberse defendido durante tres días, le rindió».17 Aquella lucha titánica fue algo sobrenatural, y ante semejante muestra de coraje los turcos respetaron su vida y le tomaron prisionero esperando obtener por su rescate mejores condiciones en caso de rendir Cefalonia. Restablecidas sus fuerzas, Diego esperó hasta que se inició el asalto final por parte de sus compañeros, momento que aprovechó para escapar de su prisión «a pesar de sus guardas»18 (Según la tradición popular, Diego arrancó las cadenas de su prisión, echó abajo las puertas del calabozo y arrebató el arma a los centinelas después de acabar con ellos; de una forma u otra, lo cierto es que no fue rescatado y consiguió liberarse de su propia mano19 ) y colaboró en el ataque hasta que se tomó la fortaleza, haciendo «tal estrago en los turcos»20 que «despedazó tantos como el ejército había acabado».
Fue aquí, en las murallas de Cefalonia, donde comenzó realmente la leyenda de Diego García de Paredes: la pujanza de un hombre de fuerzas increíbles resistiendo tres días contra una guarnición de soldados turcos sólo pudo encontrar semejanza en los relatos de las hazañas de Hércules y Sansón; con ellas lo ligó el comentario de la tropa, siendo conocido a partir de ese momento entre los soldados españoles como El Sansón de Extremadura, el gigante de fuerzas bíblicas, y por aliados y enemigos como El Hércules y Sansón de España.

Mas venía Tras aquél, con gran porfía,
Los ojos encarnizados,
El león Diego García,
La prima de los soldados;
Porque luego
Comenzó tan sin sosiego
Y atales golpes mandaba,
Que salía el vivo fuego
De las armas que encontraba;
Tal salió,
Que por doquier que pasó
Quitando a muchos la vida,
Toda la tierra quedó
De roja sangre teñida.


FUENTE: http://es.wikipedia.org/wiki/Diego_Garc%C3%ADa_de_Paredes_%281468_-_1533%29

*Esto solo es una corta porción de la increíble biografía de este héroe Extremeño totalmente olvidado por la historia. Cuando la leí quedé prendado de sus increibles e incontables hazañas y me gustaría reivindicarlo de alguna forma. Si hubiera sido inglés tendría una estatua de oro en Trafalgar Square pero como es Extremeño se le menosprecia y olvida.
La hazaña más famosa del Cid fué montar en un caballo muerto y asustar a las tropas enemigas. Si el Cid se hubiera cruzado con Diego García de Paredes hubiera salido corriendo por el temor que este indómito hombre infundia ya que luchaba en solitario contra ejercitos enemigos saliendo victorioso siempre. Se iba a pasar el cantar del mio Cid por donde ya sabes.
¡Viva Diego García de Paredes!, ¡Viva!.