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miércoles, 20 de febrero de 2013

Una pequeña historia de Diógenes de Sinope


No sólo las personas somos los únicos animales que podemos caer más de una vez con la misma piedra; sino que una piedra nos puede hacer caer a muchas personas y no hacer ninguna de ellas nada para cambiarlo.

Cuando nos encontramos esas piedras, que son obstáculos en nuestro camino, la conducta más común y fácil por la que optamos, en general de forma inconsciente, es la de maldecir y seguir adelante, con la prisa habitual, sin intentar cambiar nada, y sin compartir con los demás los riesgos ni los aprendizajes. Es la cultura de la queja, otro Síndrome de Diógenes.

Diógenes era un filósofo griego que solía salir a la calle y observar la conducta de las personas para desde ahí reflexionar y compartir sus aprendizajes con sus seguidores y el resto de la ciudadanía que le quería escuchar.

Un día se sentó en el cruce entre dos senderos mientras observaba el comportamiento de los transeúntes que pasaban por delante de él.

Por lo visto, en medio de ese cruce había una piedra bastante grande con la que casi todos tropezaban una y otra vez. Tras varias horas de observación, Diógenes comprobó que la mayoría de los peatones actuaban de la misma forma.

El primer rasgo en común que veía es que todos ellos andaban con prisa sin ser conscientes de que había una piedra en medio del camino. La segunda observación que muchos de ellos tropezaban con ella. Y el tercer hecho observado es que todos los que tropezaban, maldecían la piedra.

En ese momento en el que Diógenes observaba a los ciudadanos apareció un discípulo que le preguntó: “Maestro, ¿Qué está haciendo?” Y Diógenes contestó: “Aprendiendo”. El discípulo intrigado se sentó junto a su maestro. Y ambos se quedaron en silencio.

Seguidamente un nuevo transeúnte cruzo el sendero con paso firme, se tropezó con la piedra y maldijo. Al ver de nuevo esta escena, el filósofo empezó a reírse.

¿De qué se ríe maestro?, preguntó el discípulo. ¿Del hombre que acaba de tropezar? ¿No veo ningún aprendizaje en ello, maestro?

Diógenes, sin perder la sonrisa, contestó: Me río de la condición humana querido discípulo.

¿Ves esa piedra que hay en medio de la calle? Desde que he llegado aquí esta mañana, al menos treinta personas han tropezado con ella y todos la han maldecido, pero ninguno se ha tomado la molestia de retirarla para que no tropiecen otras personas.

Acto seguido el maestro se levantó del suelo y apartó la piedra del camino.

FUENTE : ttp://unperdido.wordpress.com/2013/02/18/una-pequena-historia-de-diogenes-de-sinope/

La OMS alerta del peligro de compuestos de uso diario



Los disruptores endocrinos son unos compuestos químicos capaces de simular el comportamiento de las hormonas. Entre ellos están los ftalatos, empleados en la industria como ablandadores de plásticos, las benzofenonas, que se encuentran en los filtros ultravioletas de las cremas solares, los parabenes, usados para extender la caducidad de productos cosméticos como los champús, o el bisfenol A (BPA) presente en plásticos (policarbonato y resinas epoxi).


En 2002 se elaboró un informe similar al presentado ayer. Entonces no se pudo ir más lejos de plantear la “débil evidencia” que existía de que la salud se viera afectada negativamente por la exposición a los disruptores endocrinos. Diez años después, los resultados son radicalmente distintos. Los investigadores plantean abiertamente que hay nuevos indicios que vinculan a estos compuestos quimicos con problemas reproductivos (ya sea por infertilidad, tumores o malformaciones) o con efectos sobre la tiroides, el funcionamiento cerebral, la obesidad y el metabolismo.

La actividad disruptora, insisten, va más allá de alterar mecanismos de acción de los estrógenos y los andrógenos o la actividad de la tiroides. Por ello, los especialistas convocados por la OMS y Naciones Unidas plantean posibles vinculaciones con problemas reproductivos masculinos o femeninos (no solo en humanos, incluso los vinculan a caídas demográficas de especies animales). Pero también hacen alusión a alteraciones relacionadas con el desarrollo neuronal, desórdenes inmunitarios o metabólicos. E incluso tumores vinculados con alteraciones hormonales, a pesar del desconocimiento que, indican, existe sobre el origen de estas neoplasias.

FUENTE COMPLETA: http://sociedad.elpais.com/sociedad/2013/02/19/actualidad/1361307681_575897.html