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Si buscamos, enseguida nos damos de bruces con los responsables: dos tipos de industrias complementarias la una de la otra e igualmente detestables: la de los productos cosméticos y la de las revistas en cuyas portadas se exhiben deslumbrantes cuerpos femeninos que a muchos hombres les parecen perfectos y deseables. Y digo bien: en primer lugar a muchos hombres. Y a continuación a muchas mujeres que creen que así es como van a obtener éxito en su busca de pareja y la garantía de un amor de larga duración.
La ignorancia, la envidia, el miedo, el deseo de agradar, la falta de valores espirituales, la dependencia emocional, todo esto es el caldo de cultivo para las industrias cosméticas y las revistas de moda y del corazón. Ellos son los responsables directos de poner en marcha, aprovechando esos elementos de negatividad existentes en muchas de sus víctimas, esta corriente mundial de desprecio al propio cuerpo y de crear la necesidad de poseer otro… pasando por los quirófanos. Si el vientre es demasiado abultado, nada de dieta correcta, nada de ejercicio físico, nada de pensamientos positivos sobre la vida que arrojen fuera de sí la ansiedad que abre tantas veces la puerta del frigorífico: un buen cirujano y un buen bolsillo y se acabó la grasa.(¿Por cuánto tiempo?) Y así con todo lo demás: pechos, nalgas, y hasta la vulva, todo es modificable a gusto de la consumidora. Tan móvil como transitorio, pues ningún cuerpo es eterno y de consumir se trata. Esta es la filosofía práctica pura y dura de un materialismo estéril donde sólo cuenta la apariencia, el parecer, por encima del ser; el paradigma de esta sociedad vacía de moral y espiritualidad.
Anoréxicas, bulímicas, enfermas a causa de esta explosiva combinación de problemas internos y deseo de parecerse a las portadas de revista y a los esqueletos de las pasarelas son otras víctimas más de este despropósito gigantesco.
¿Y los varones? Ya comenzaron por teñirse las canas, luego vinieron los estiramientos, y ahora el alargamiento de pene se oferta como cosa hecha. Sexo, deseo de eterna juventud, afán de eternizar lo pasajero, de fijar lo sujeto a mudanza, ego, ego, ego por todas partes.
¿Cuál será el límite de todos estos desafueros? ¿Descubrirse cada uno como alma sutil e inmortal envuelta en materia orgánica moldeada según nuestra forma de pensar, sentir, alimentarnos y vivir la vida? ¿Descubriremos finalmente que los genes que determinan nuestro cuerpo físico son producto de todo eso que se acaba de nombrar?¿Llegaremos a la conclusión de que por muchos esfuerzos que hagamos desde fuera, es dentro, en lo profundo de nuestras almas, donde se producen los cambios que determinan nuestra apariencia exterior, y que hay que ser armónicos y bellos por dentro si queremos que la belleza se manifieste por fuera?. [texto de Patrocinio Navarro Valero, publicado en Globalium]
Mis conclusiones de todo esto: Posiblemente los desordenes alimenticios cada vez más habituales en los jovenes (anorexia, bulimia) estén inducidos por toda esta parafernalia de la moda. Todos los jovenes buscan a sus referencias en las revistas, televisión, internet e intentan parecerse a ellos incluso en esa delgadez enfermiza.
El motivo de todo esto: hundir la autoestima de personas facilmente influenciables que se pasarán horas en gimnasios y se gastarán miles de euros en operaciones totalmente innecesarias, cosméticos inservibles y sesiones de belleza ficticias e inservibles, preocupandose de cosas nimias mientras lo verdaderamente importante pasa por delante sin prestarle atención.
Mientras millones de personas dedican su tiempo a mirarse el ombligo y aumentar su ego otras mueren de hambre poseyendo la tan ansiada delgadez por el mundo occidental...¿no es irónico?.
Alex XL
Deberías poner noticias personales y no solamente copiar y pegar, como en mi blog por ejemplo. Tu blog parece varios blogs dentro de otro blog.
ResponderEliminarSaludos.