“El escorpión es capaz de clavarse su propio aguijón y morir, antes de permitir que lo atrapen.”
Así terminaba aquel párrafo,
Mensaje directo.
Habiendo sido regado con la energía del escorpión, no pude más que sonreír recordando las veces en que me hallé en esa situación.
Pasaron por mi mente imágenes que creía perdidas:
Una pelea de chico, entre amigos.
La ocasión en que abandoné un trabajo que prometía estabilidad sólo para mantener mi Libertad.
La renuncia a algunos estudios que en vez de ampliar los horizontes, encajonaban las capacidades.
Ciertos amores a medias que pretendían enlazarme a sus propias formas de entender el mundo,
Con Amor, pero con cadenas también.
¿Cómo vivir sin Libertad?
¿Por qué permitir que otros elijan mis sueños, mis placeres, las horas y los días en que debía hacerse determinada actividad?
¿Cómo no rebelarse ante esa estupidez y esa manipulación inconciente?
Y escuché por ahí, en más de una ocasión, algunos murmullos que hablaban de locura, de sueños imposibles, de rebeldía adolescente, de extrañas actitudes…
Pero el escorpión sólo mantiene una pregunta en la punta del aguijón, una pregunta que me guía y que me permite reír allí donde otros desesperan:
¿Cómo no investigar una forma más auténtica de disfrutar la Libertad?
O morir en el intento.
Así terminaba aquel párrafo,
Mensaje directo.
Habiendo sido regado con la energía del escorpión, no pude más que sonreír recordando las veces en que me hallé en esa situación.
Pasaron por mi mente imágenes que creía perdidas:
Una pelea de chico, entre amigos.
La ocasión en que abandoné un trabajo que prometía estabilidad sólo para mantener mi Libertad.
La renuncia a algunos estudios que en vez de ampliar los horizontes, encajonaban las capacidades.
Ciertos amores a medias que pretendían enlazarme a sus propias formas de entender el mundo,
Con Amor, pero con cadenas también.
¿Cómo vivir sin Libertad?
¿Por qué permitir que otros elijan mis sueños, mis placeres, las horas y los días en que debía hacerse determinada actividad?
¿Cómo no rebelarse ante esa estupidez y esa manipulación inconciente?
Y escuché por ahí, en más de una ocasión, algunos murmullos que hablaban de locura, de sueños imposibles, de rebeldía adolescente, de extrañas actitudes…
Pero el escorpión sólo mantiene una pregunta en la punta del aguijón, una pregunta que me guía y que me permite reír allí donde otros desesperan:
¿Cómo no investigar una forma más auténtica de disfrutar la Libertad?
O morir en el intento.
Huenupán
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