Hay que morirse antes. Vivimos demasiado. Para el mercado, claro, que es quien decide no sólo cómo debe ser nuestra vida sino también cuánto debe durar. Y al mercado le parece que nuestra vida nos está durando más de lo que les gustaría. Se les hace larga. Lo ha dicho el Fondo Monetario en un documento publicado esta semana: “existe el riesgo de que la gente viva más de lo esperado”. Lo que esperan ellos, que quieren que nos quitemos de en medio cuanto antes porque ocupamos demasiado espacio, demasiadas casas, demasiados recursos y demasiado tiempo. Y lo quieren todo para ellos.
¡Ahora lo entiendo! Ahora entiendo todas esas indirectas con las que nos venían sugiriendo que tomáramos el camino del cementerio: que si te ahogo a recortes, que si te asfixio la sanidad por aquí, que si te guillotino unos derechos por allá, que si te mato de frío en las escuelas públicas por acullá, que si te desahucio, que si te dejo sin trabajo, que si te muelo a palos. En una palabra: muérete. Muérete que me molestas. Ahora nos lo han dicho a las claras. Vivos somos un riesgo, somos el primo de riesgo, un peligro: abrimos la boca para comer y para protestar. Estaríamos más guapos, muertos. Así además estamos calladitos.
Ellos cuando abren la boca, sueltan perlas como ésta: “vivir es bueno, pero conlleva un riesgo financiero, nos va a costar más”.
FUENTE COMPLETA: http://blog.rtve.es/carnecruda/
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